lunes, 29 de noviembre de 2010

La Informática y la Educación en el Siglo XXI

La educación, por su implicación en los procesos de producción de conocimiento, la formación de competencias y sus posibilidades multiplicadoras, es considerada un espacio privilegiado para la integración de los medios informáticos, que actúan como herramientas simbólicas involucradas en la construcción de




nuevas formas de comprensión y de producción de universos de significados.













La presencia de procesadores digitales en la mayoría de los ámbitos de nuestras vidas es aceptada




de modo casi natural. Desde los celulares a los cajeros automáticos de los bancos o los televisores de




nuestras casas, encontramos componentes informáticos en casi todos los artefactos que utilizamos en




nuestra vida cotidiana.













En el caso de la educación la situación es más compleja. La aspiración a crear una máquina de




enseñar es secular, y a lo largo del siglo XX se han sucedido varias propuestas en este sentido. El cine, la




radio y el televisor se han visto sucesivamente como prometedoras máquinas educativas. Lugar que desde




finales de la década de 1950 comenzaron a ocupar las computadoras, por entonces todavía enormes, muy




costosas y de operatoria compleja. El desarrollo de la microinformática durante la década de 1970 y




sobretodo de 1980 renovó las expectativas depositadas en la utilización de las computadoras en la




educación, tendencia que se reafirmó durante la década pasada a partir de la rápida expansión de Internet y




de los medios informáticos.













A pesar de los esfuerzos que se realizan, el alcance y la repercusión de estas tecnologías en el




mundo de la educación no consiguió todavía el nivel de aceptación y de difusión que tiene en otras




actividades. Las reticencias de docentes y directivos, la implementación de políticas educativas




equivocadas, o la falta de definición de propuestas pedagógicas adecuadas, entre otras son algunos de los




múltiples motivos que ocasionan este retraso.













Así y todo, la educación, por su implicación directa en los procesos de producción de




conocimiento, la formación de competencias y sus posibilidades multiplicadoras, siempre ha sido




considerada un espacio privilegiado para la difusión de los medios informáticos. Las tecnologías, y en




particular los medios informáticos, actúan como herramientas simbólicas involucradas en la construcción




de nuevas formas de comprensión y de producción de universos de significados. Para que estas tecnologías




revelen todo su potencial son necesarias políticas educativas e instituciones basadas en la equidad que




favorezcan el acceso a esos dispositivos, entendido en su sentido más integral, como apropiación.













En la actualidad se ha generalizado la idea de que vivimos en un contexto social caracterizado




como Sociedad de la Información y/ o del Conocimiento (y, más recientemente, del Aprendizaje) en cuya




configuración asume un rol fundamental el desarrollo y expansión de los medios informáticos. La inquietud




por conocer las formas y los alcances que definen a este tipo de sociedad y que repercuten en la educación,




ha dado lugar a la conformación de un campo de estudio que resulta de la concurrencia de diferentes disciplinas y miradas. El objetivo es producir conocimiento sobre los procesos, las prácticas y las




representaciones que se producen en relación con la incorporación de estos medios en el ámbito educativo;




los tipos de sistematicidad que logra, los niveles de planificación y articulación que alcanza, las




modalidades de participación de los actores involucrados que propicia.













Se busca que ese conocimiento pueda aportar a la racionalidad de los procesos a través del diseño de políticas y a la producción de parámetros que impidan el abandono de una posición crítica respecto de las posibilidades de la difusión tecnológica.













Los estudios en comunicación han contribuido de manera importante y sostenida a la creación de




este campo de estudio, colocando a las tecnologías de la información y de la comunicación en el marco de




la tradición de estudios sobre medios masivos de comunicación. Del mismo modo, los estudios en




educación abordan los nuevos interrogantes que surgen en relación con la cuestión del aprendizaje y la




producción de conocimiento y con la forma en que este proceso se relaciona con las clásicas promesas de la




educación moderna, algunas de las cuales permanecen aún incumplidas en muchos países de América




Latina y del resto del mundo..













Los textos que conforman este libro muestran el tipo de reflexiones que se están produciendo en




este campo en América Latina y en Europa promediando la primera década del siglo XXI y revelan las




diferentes dimensiones que se vislumbran en él: los temas y problemas que se construyen, las modalidades de




abordaje que predominan, las diferentes perspectivas teóricas que sostienen las investigaciones, la




relación que se establece entre la producción de conocimiento y el diseño de orientaciones de intervención.













El propósito es contribuir a la difusión de este tipo de trabajos y a su capitalización en estudios similares,




así como favorecer la articulación de redes de producción de conocimiento que puedan consolidar el propio




campo en su complejidad y diversidad.

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